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sábado, 22 de diciembre de 2012

¿Movilidad social?



A propósito del comercial de alguna universidad, no se si San Sebastián o Santo Tomás, es que quiero plantear brevemente un tema particular: la lógica de la movilidad social. Es común escuchar ya al hablar de la escolarización y los estudios superiores, particularmente con respecto a su objetivo, que se trata de que la persona surja. Claro, que el individuo, particular, logre superar la condición socio-económica en la que se encuentra y, saliendo del contexto en el que comenzó, logre llegar a un mejor lugar. Este mejor lugar se entiendo como un mejor barrio, con un mejor sueldo y una mejor casa, por ejemplo, lo que tiene como consecuencia fomentar evidentemente el individualismo y mantener además el status quo.

Entonces hablamos de movilidad social: uno, disponiendo de las herramientas, competencias y certificaciones, podría encontrar una mejor vida.

Lo que estamos obviando acá es la capacidad de intervenir en la realidad y los contextos de donde uno proviene para generar cambios deseables, en pos de mejorar la calidad de vida, no solo de uno sino de la comunidad en general. De esta manera, al hablar de transformación social y no de movilidad social, los intereses y valores en juego son radicalmente distintos.

Por supuesto que se resalta la necesidad de articular el trabajo en las distintas instituciones como las escuelas con la comunidad en la que se encuentren, articulando los intereses de dicha comunidad particular con los procesos de aprendizaje y el contenido. De esta manera la escuela y la comunidad se abren de tal manera que ya no se encuentran aisladas una de otra. Habría un trabajo del sentido de los contenidos y del aprendizaje relacionándose directamente con los intereses locales y comunitarios, al contrario de lo que hoy sucede, donde la escuela se plantea con una suerte de superioridad moral por sobre la comunidad y busca sacar a los alumnos del entorno en el que se encuentran.

Cambiando la lógica mencionada es que es posible de facilitar el empoderamiento de la comunidad en pos de sus proyectos particulares, haciendo de las instituciones escolares de un punto de articulación, a modo de catapulta de todos estos intereses.

Pensemos entonces que lo importante no es que alguien particular salga de donde está, sino que se mejoren las condiciones de vida y se facilite el empoderamiento de la comunidad a través de la transformación del contexto. Pensemos no en movilidad social, justificadora del neoliberalismo, sino en transformación social, donde se plantee la posibilidad de poder vivir mejor.



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