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lunes, 7 de enero de 2013

Capítulo V - HACIA EL FINAL: MENSAJE Y DESTINO


Noticia de último minuto: La nave espacial de la TLC estacionada en Gliese 667 Cc ha sido robada.
Fuentes cercanas a la compañía emitieron un comunicado diciendo que un grupo terrorista había entrado al recinto espacial y habían logrado llevarse la nave espacial, saliendo de la atmósfera. Los nombres de los culpables no han sido entregados todavía pero podemos suponer que es el mismo grupo que asaltó la nave Orion-34 de la misma corporación.

A la deriva en el espacio. Después de haber cursado el agujero negro era de esperar que nos tomáramos un tiempo para reponernos. La idea de morir se había apoderado de ambos, menos mal no lo suficiente como para desesperanzar al maquinista, no lo suficiente como para evitar que reactivara los sistemas del vehículo espacial. Ambos yacían uno al lado del otro, de la mano, consolándose. Hemos llegado tan lejos, probablemente ya no tengamos vuelta atrás. Ninguno había querido mirar hacia afuera de la nave o buscar en el mapa estelar a donde se encontraban, bastaba con pensar que habían logrado traspasar un agujero negro y habían sobrevivido. Eso era más que suficiente.

Es hora de seguir con la segunda parte del plan. La mujer tenía más que claro lo que debían hacer ahora. Habiendo logrado llevarse la nave del puerto espacial, habiendo eliminado al interrogador, el mayor obstáculo para su meta, encontrándose en el espacio, tierra de nadie, con acceso cercano a todos los satélites, no sólo en el planeta Gliese 667 Cc, sino en todos los sistemas humanos, debían hacer uso de la información que habían robado de la compañía. ¿Estás segura que con eso vamos a lograr nuestro cometido? El hombre se sentía un poco inseguro, ansioso, con algunas dificultades para hablar. No, no estoy segura, pero es mejor que hacer nada. Pero ya es muy tarde para volver atrás, y lo mejor que podemos hacer con la que hemos obtenido es entregárselo a las personas. Ellos sabrán qué hacer con lo que les demos, después de eso va más allá de nuestras manos. Y habremos logrado nuestro cometido. Estaba segura de que están haciendo lo correcto, no podía permitirse dudar aunque sea un segundo. Esto no quita que se encuentre profundamente ansiosa y temerosa de lo que vaya a suceder, pero ya estaba en marcha el plan, y no había vuelta atrás.

¿Cuánto tiempo habrá pasado? Treinta minutos. Dos horas. Quizás un día entero. Bueno, puedo estar exagerando un poco. Pero acostados en el suelo de la nave habían perdido la noción del tiempo. No sabían bien cómo reaccionar ante todo lo que habían hecho, ante la puerta que habían abierto y todo lo que habían movilizado. Ya era hora de continuar. La mujer se levanta primero y estira su mano para ayudar al hombre a levantarse, quien felizmente se la toma. Muy bien, nos encontramos a una distancia considerable de la tierra, pero con el motor transespacial que llevaba esta nave, en un día llegaríamos a la tierra. No habían mirado por la ventana aun y cuando lo hicieron se les heló la piel. En la oscuridad del espacio, iluminado sólo con los faros de la nave que se habían robado, se encontraron con cientos de naves espaciales flotando, vagando por el vacío; un cementerio espacial.

Transplanetary Living Company: “no permitiremos que estos actos terroristas continúen impunes”.
El director de la compañía, John Wu Wilkinsson, emitió un comunicado público insistiendo que no tolerarán más actos terroristas, que en este tiempo han ido en aumento. La empresa insiste en que… … … Estimados compañeros de los sistemas humanos. Les traemos la verdad sobre nuestras queridas empresas. Por medio de una peligrosa operación, que ha puesto nuestras vidas en peligro, resultando en una intensa campaña de desprestigio en los medios y en constante persecución, hemos obtenido información incriminando a las compañías en experimentación humana y en mejoras ilegales de trabajadores. Nosotros somos testigos de eso, habiendo sido víctimas del abuso de las compañías, resultando en el fin de nuestra vida como la conocíamos. Pero no sólo es eso. TODOS somos víctimas de corporaciones que controlan nuestra vida; nos entumecen con una calidad de vida decente y nos encandilan con productos y mercado, pero la verdad es que ellos son los dueños de nuestras vidas, no nosotros mismos. Cada comunidad en cada sistema tiene las herramientas necesarias para empoderarse de su propia vida y debemos liberarnos de todas estas empresas y compañías. Se descargará en cada interfaz de cada planeta humano toda la información que hemos obtenido. Ahora les dejamos a ustedes qué hacer con ello. Pero en caso de que no nos crean, ahora les mostraremos, en cada una de las pantallas posibles, videos del actuar de las empresas.

Ahora ya depende de ellos. Se abrazaron ambos fuertemente mientras su mensaje seguía repitiéndose una y otra vez. Eventualmente las compañías descubrirán cómo dejar de transmitir el mensaje y de alguna manera tratarán de encubrir lo que fue expuesto; mentirán, desconocerán, buscarán culpables, y probablemente terminen victoriosos, pero ha valido la pena todo el esfuerzo y el tiempo invertido. Siempre supimos que iba a ser así.

Es hora de poner en marcha la segunda fase del plan. ¿Estás seguro que quieres seguir con esto? La mujer lo mira tiernamente y acaricia su mejilla. El hombre sonríe. ¿Es necesario que me preguntes lo mismo antes de cada momento de nuestro plan? Si mal no recuerdas, lo diseñamos juntos y no tengo razones como para arrepentirme. Ninguno de los dos tiene a qué volver en los sistemas humanos, su vida había pertenecido a la compañía, y luego a la idea de justicia por lo que se les había hecho y la posibilidad de cambiar el sistema. Estaban dispuestos a entregarlo todo por ello. Y ahí es donde entraba la segunda fase del plan.

¿Tenemos las coordenadas de la tierra? Un silencio inundaba la bodega en la que se encontraban, su centro de operaciones, sólo el crujir del metal que la componía. ¿Y de qué nos sirve eso? La mujer lo mira con intensidad y propósito, y un poco de molestia, al decir eso. ¿Cómo que “de qué nos sirve”? ¿No has escuchado los rumores? ¿Tú? Por supuesto que lo he escuchado, pero ¿cómo podemos estar seguros? El hombre estaba un poco preocupado. Quizás estaban yendo demasiado lejos, y quizás en eso se perdería el sentido de lo que querían hacer. Dicen que provenimos de la tierra, los humanos, y que de alguna manera el mundo murió, fuimos enviados a los sistemas que actualmente ocupamos y luego perdimos la tierra ¿cierto? Eso es lo que se maneja a nivel mainstream. Pero ¿qué pasa si la cosa no funciona así? Dicen, pero esto ya en lugares menos frecuentados, que las compañías aún existen en la tierra. Es más, dicen que sus cuarteles generales, con sus dueños y sus órdenes, se encuentran en la tierra y desde ahí manejan los Sistemas Humanos. ¿Te imaginas lo que podríamos hacer si llegásemos a la tierra y eso fuera verdad? Podríamos acabar con todo.

Cementerio de naves. En medio del espacio. ¿Cómo es eso posible? Está más que claro. No somos los primeros en llegar acá. Y mirando más de cerca empiezan a observar cada una de las naves. Y no fue menos sorprendente cuando encuentran en el costado de una de ellas el logo de la Transplanetary Living Company, y luego el otras compañías. Quizás estaban equivocados. Quizás las compañías tampoco estaban en la tierra, sino que estaban preocupados de buscarla, al igual que ellos. La mujer toma la mano del hombre y la aprieta fuerte, con lágrimas cayendo de los ojos de ambos. El hombre la suelta y se sienta en la silla. Sigamos. Sonrió. La mujer se sienta en la silla de al lado y sonríe de vuelta. Vamos.

El tiempo que se demoraron para llegar a las coordenadas ingresadas en el computador fue menos del esperado. El maquinista se despertó cuando la nave le avisa que habían llegado. Agita fuertemente los brazos de su compañera, tratando de despertarla, para que viera lo hermoso que él estaba viendo. Se encontraban ya en órbita de la tierra y desde la ventana se podían divisar los amplios océanos y frondosos bosques. Tal y cómo lo habían imaginado. Computadora, escanea por vida. Planeta habitable y habitado, cincuenta mil especies y contando. Se miran los dos emocionados. Nunca habían sabido de un ecosistema tan diverso. Computadora, busca estructuras construidas artificialmente. Se demora un tiempo más en dar una respuesta. Más de un millón de estructuras artificiales. Lo habían encontrado. En su cabeza, el maquinista le había pedido a la computadora realizar los cálculos para determinar el mejor punto de entrada al planeta. La mujer se encontraba hipnotizada por lo que veía. Nunca había visto algo tan hermoso. La nave se empieza a mover. Ponte el cinturón, que esto va a ser complicado, la atmósfera es más densa de lo que pensaba.

Millones de personas se toman fábricas y sedes de las compañías tras polémica publicación en los medios transplanetarios
Una ola de tomas y de movilización se ha vivido en los Sistemas Humanos luego de que un grupo desconocido publicara videos de experimentación humana por parte de las compañías transplanetarias, junto con documentos delicados detallando los hechos y los comunicados oficiales entre miembros de las corporaciones. Estamos a la espera de un comunicado oficial de las empresas, a la vez de un petitorio por parte de los manifestantes, pero pareciera que soplan en el aire vientos de cambio.

El maquinista estaba sólo en un bar. Años y años de trabajo habían forjado ese hábito en él. Una cerveza por favor. A mi cuenta. Su cuenta. La TLC le pagaba incluso los gastos en alcohol y cigarrillos. Enciende uno y disfruta al máximo el humo que llena sus pulmones, y toda su vida es exhalada junto a él, olvidándola por un segundo, para que luego vuelva como siempre. Un trago. Dos tragos. Tres tragos. Inhala. Exhala. La mirada perdida en la noticia que estaban proyectando. Siempre ponían lo mismo, la misma tragedia sin sentido, el mismo producto estúpido, el mismo nuevo invento. ¿Qué sentido tenía vivir así? ¿Qué sentido tiene el dinero y el estatus y el trabajo si no puedo hacer nada con eso? Mi vida entera pertenece a la compañía y vivo en función de ella, al igual que todos los demás imbéciles a mí alrededor. Quiero poder vivir en función de mí. Creo que es mucho más valorable poder vivir como quiero vivir, bajo mis parámetros, y así relacionarme con mis compañeros, colegas y vecinos, para construir algo que sea efectivamente nuestro.

¡Mierda! Ese sí que no fue un buen aterrizaje. ¿Estás bien? La mujer se desabrochó el cinturón de seguridad y se acercó a su amigo. Sí, estoy bien, un poco agitado nomás. La mujer sonríe y lo ayuda a pararse. Habían caído dentro de una estructura claramente artificial, alta y de forma rectangular, con calles que se dirigían a varios de sus niveles, armando todo un sistema de túneles y puentes a su alrededor. Esto debe ser importante, tuvimos suerte parece. ¿Suerte? Menos mal no morimos al momento de aterrizar. Esto ya es la guinda de la torta de la buena fortuna.

El lugar parecía desierto. No veía a nadie y la vegetación ya estaba cubriendo todas las estructuras sin piedad alguna. No parecía caótico, sino todo lo contrario, era hermoso y tranquilo. Nunca antes visto. Plantas colgaban de los edificios, estableciendo frondosos bosques en su interior y en su exterior, con animales de todo tipo y tamaño habitando dentro de ellos. No había ni vehículos, ni robots, ni ruido, más que lo que la naturaleza se había preocupado de hacer llegar. Se dirigen, por supuesto, a la gran edificación cerca de ellos. Algo pensaban sacar de ahí. Caminan entre plantas y animales, con cuidado; no sabían que consecuencias podría tener su presencia en el ecosistema.

Al entrar se encuentran con más de lo mismo. El edificio era enorme por dentro, con un sinfín de terrazas y superficies de distintos tipos y tamaños, todas cubiertas por vegetación. Creo que no encontraremos nada acá. ¿Y si estamos equivocados? El hombre se pone un poco ansioso, pensando en que encontrarían nada. La condición de la estructura servía como presagio para llegar a esa conclusión. Para de decir esas cosas. No seas tan como la mierda como para decir que todo lo que hicimos fue en vano. Algo vamos a encontrar acá, y con algo nos vamos a quedar, y algún sentido le vamos a encontrar a todo esto. Ella lo toma de la mano. No es el momento de ponerse así. Ahora concéntrate y busca alguna interfaz o algún equivalente que esté funcionando y donde podamos ver algo. El maquinista respira hondo. Allá. Apunta con el dedo.

Una superficie plana. Algo decía arriba, formando una suerte de arco, pero ya no era legible. Quizás nunca lo habría sido para ellos. El hombre intenta acceder a lo que podría ser una interfaz, tras lo cual resuena una voz. Bienvenidos. Hace tiempo que no veía miembros de su especie. Como se imaginarán ustedes. Bienvenidos al cuartel general de Transplanetary Living Company, una de las corporaciones más grandes de la tierra. El hombre y la mujer se miran. Nunca habían visto algo así. ¿Y a dónde se fue todo el mundo? Ah, caballero y dama, excelente pregunta. He estado años y años y años preparando la respuesta por si alguien llegaba a preguntar. De hecho, con los demás terminales de información hemos estado preparado una crónica, pero quizás sea demasiado extensa como para narrar ahora. La versión corta.

Muchos años atrás, la tierra se encontró en un momento de crisis política y económica. Los índices de pobreza y desigualdad habían aumentado exponencialmente. Entenderán que los Estados habían intentado soportar y mitigar estos efectos, pero llegó un momento en donde, económicamente, esto no fue posible y quebraron. Uno tras uno, los efectos de una economía globalizada hicieron caer al estado, dejando vulnerable a las personas y a las empresas ante las grandes corporaciones transnacionales. Estas organizaciones empezaron a comprar a todas las pequeñas empresas y todos los servicios que estaban quebrando. Ya no había más ley que la reforzada por la política de las empresas y las que estas acordaban entre sí. Pero como aun necesitaban trabajadores, en un mundo donde la demanda era cada vez mayor, donde tenían que aumentar más la oferta, empezaron a mejorar las condiciones de trabajo de sus empleados. Pero la desigualdad seguía aumentando y el espacio se acababa en la tierra. Entonces decidieron llamar a voluntarios para enviar a otros planetas para colonizar y montar industrias. Las personas en situaciones más vulnerables fueron las primeras en irse. Se les implantó todo lo que debían saber y se les envió. Una vez establecidas las colonias, los trabajadores que ya habían sido contratados fueron enviados para expandir los procesos productivos. Luego los mandos medios y finalmente la gerencia general. La tierra, que había sido dividida territorialmente por las transnacionales, ahora pertenecía completamente a sus dueños. Años y años pasaron. Y ya no había mucho que hacer acá. La tierra había sido olvidada por sus colonias, ahora Sistemas Humanos, y unas pocas personas seguían acá, el planeta su patio de juegos. Hasta que se aburrieron. La tierra se empezó a reparar a sí misma una vez que las fábricas dejaron de funcionar  y ya no se extraía mineral ni otro tipo de elementos naturales. Y ya no había nada que hacer. Entonces crearon una Inteligencia Artificial que simulara el rol de directorio de empresas, cada una hizo lo mismo. Y optaron por lo que les quedaba hacer, viajaron en el tiempo, con boleto de ida, hacia el pasado remoto. Pensaron que si ya eran dueños del futuro, faltaba ser los dueños del pasado, y así lo hicieron. El resto es, como dicen, historia.

Silencio. El maquinista apagó el terminal porque no había nada más que escuchar y no quería ni podía seguir oyendo su voz. La mujer destruye de una patada el arco que se erigía sobre ellos. ¡En vano! ¡Todo esto fue en vano! Se deja caer de espalda al suelo y el hombre la sigue. Nunca hubo enemigo a quien derrotar, no había una cara que romper que podría terminar con todo, no había una persona malvada controlando esto. Era la evolución natural del sistema de control transplanetario. Y frente a eso, hicimos lo que pudimos.

La mujer sentada en un bar mirando a un hombre mirando la nada. Se le acerca y se sienta a su lado. No le pregunta nada. Simplemente enuncia. Ven conmigo. El hombre la miró, vació su vaso, y la siguió. Juntos salieron del local.

Es cierto lo que dicen, que a fin de cuentas, todo lo que la humanidad se ha preocupado de hacer, la naturaleza, de alguna forma u otra, no se demora nada en recuperarlo. No hemos sido más que una mancha en la tela de la vida en la tierra. Y en el universo.



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