con tu mirada
Implacable y recorre con ella
mi espalda, mi pecho;
Implacable y toma con tu aliento
la palabra que escriba
el amor y el goce
que tu mano habla cuando
Implacable, recorre
mi pecho, mi espalda, mis labios
susurrando
mil y un aventuras
placeres reservados
a los amantes encontrados
huyendo
Implacables y recorriendo
las líneas profundas marcadas
en el cuerpo inconfundible
que se vuelven enlazados
con la mirada.
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